miércoles, 11 de septiembre de 2013

Resumen Ética ¿Para Qué?

Necesitamos una reflexión sobre el talento ético, sobre el comportamiento moral del hombre; necesitamos la ética, la doctrina filosófica o teológica sobre las normas y valores que han de regir nuestros proyectos y acciones. La crisis debe ser una oportunidad, y el “reto” puede dar paso a la “respuesta”. Deberemos pues, empeñarnos en hallar una respuesta positiva a la cuestión de una actitud ética mundial.

-       ¿Por qué no hacer el mal?
¿Por qué debe el hombre hacer el bien y no el mal? ¿Por qué no está el hombre “más allá del bien y del mal”, únicamente entregado a su “voluntad de poder”?. El individuo concreto se plantea preguntas como éstas: ¿Por qué no mentir, engañar, robar o matar, cuando ello resulta ventajoso y, en un caso dado, no hay que temer ser descubiertos o castigados?

-       ¿Por qué hacer el bien?
¿Por qué tiene el hombre que ser amable, tolerante y altruista, en vez de desconsiderado y brutal, o por qué han de renunciar los jóvenes a la no violencia y optar activamente por la no violencia?
El estado democrático, de acuerdo con su constitución, ha de respetar, proteger y fomentar la libertad de conciencia y religión, la libertad de prensa y reunión, y todo lo concerniente a los modernos derechos humanos. Sin embargo, este estado no debería imponer un sentido o estilo de vida, ni prescribir legalmente ninguna clase de valores supremos o normas últimas, si quiere conservar intacta su neutralidad de cosmovisión.
He aquí el dilema de todo estado moderno (En Europa, América, India o Japón) estar orientado a algo que él no puede prescribir legalmente.

-       Mínimo en valores, normas y actitudes comunes.
En nuestros días podemos hablar ya de una amplia coincidencia: sin un consenso básico minimal sobre determinados valores, normas y actitudes, resulta imposible una convivencia humana digna, tanto en pequeñas como grandes sociedades.

Vínculos Libres
Para que funcione la sociedad moderna, no hay que descuidar la cuestión de las finalidades, de las “ligaduras”, de los vínculos individuales libremente elegidos. En la vida humana es más decisiva que nunca la vinculación a orientaciones, valores, normas, actitudes y contenidos vitales, y todo ello a un nivel transnacional y transcultural.
El hombre normalmente siente un inextinguible deseo de aferrarse a algo, de confiar en algo: el deseo de poseer algo semejante a una “orientación fundamental ética”.

-       En vez de ética del éxito o de intenciones, ética de responsabilidad.
Por el contrario, si sería fecunda de futuro una ética de la responsabilidad. “Ética ideológica y ética de responsabilidad no son conceptos totalmente, sino complementarios, que coadyuvan a la formación del hombre auténtico, del que puede tener vocación para la política”. Sin una ética ideológica, la ética de responsabilidad, la ética ideológica se quedaría en mera autojustificación de la propia subjetividad.

-       Responsabilidad para con el ámbito común, el medio ambiente y el mundo futuro.
El mensaje para el tercer milenio podría concretarse así responsabilidad de la comunidad mundial con respecto a su propio futuro. Responsabilidad para con el ámbito común y el medio ambiente, pero también para con el mundo futuro. Con responsables de las diferentes regiones, religiones e ideologías han de aprender a pensar y actuar desde contextos globales.

-       Objetivo y criterio: El hombre
El hombre ha de ser más de lo que es: ha de ser más humano. Es bueno para el hombre de lo que preserva, fomenta y realiza su humanidad, y todo ello de una forma totalmente nueva. El hombre ha de explotar su potencial humano, en aras de una sociedad humana y un ecosistema intacto, cambiando básicamente su rumbo de actuación. En este sentido el realismo del principio responsabilidad y la “utopía” del principio esperanza se reclaman mutuamente.
Tenemos muy claro que también las computadoras y las máquinas, la cibernética y las técnicas de empresa, la organización y los sistemas están en función del hombre y no al revés.

-       Sin un talante ético mundial, no hay orden mundial
Podemos estar de acuerdo en que el hombre no va a mejorar mediante el creciente recurso a leyes y preceptos, y tampoco por meros procedimientos psicológicos o sociológicos. De poco sirve a los diversos estados y organizaciones, como la CEE, USA u ONU, la constante creación de nuevas leyes. Si una gran parte de ciudadanos no piensa lo más mínimo en aceptarlas, y dispone de medios, y procedimientos suficientes para seguir manteniendo impunemente sus propios intereses personales o de grupo.
Si queremos una ética que funciones en beneficio de todos, esta ha de ser la única. Un mundo único necesita cada vez más una actitud ética única. La humanidad posmoderna necesita objetivos, valores, ideales y conceptos comunes. Pero aquí surge una cuestión controvertida ¿No presupone todo ello una fe religiosa?

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